Del tiempo.
¡shhh! El viento silva, los árboles se mueven, en el fondo los valles se estremecen, las nubes se devuelven, el sol comienza el descenso y sus colores candentes se desvanecen en un rojo pálido, un rojo turbio, un naranja premonitorio…Es la tarde.
En ella se cuentan las historias, pero, un cuento de verdad se presenta, sentado postrado en sus pensamientos, en el pozo se acurrucó, las seis de la tarde y el tiempo se desmoronó, ¿Por qué el no lo habrá notado? Y en ese instante se fugó.
“Lo que hacemos es el reflejo de lo que somos” alguien susurró, así comienza la introspección de las reminiscencias y un futuro que trabaja a la par de la hormigas preparando un invierno.
Cautivo, contento, sombrío, feliz, pensativo y descolorido, sin verso ni prosa en un viaje se alistó.
De pasiones, de historias, sin lugares fijos, ni temas o motivos, solo pensó, pensó y pensó y el tiempo lo encerró.
Así eres tu, hombre cautivo, un ángel sin destino en la cueva del olvido, eres tu, aquel que después de haber salido, en una fijación se obsesionó, con lugares, formas, personas equivocadas, con discurrencias de verdades, controversias lamentables, sentimientos pasionales y una defensa en posición.
Solo la mejor estrategia podría vencer y en ello pensaba el, sentado junto a un pozo por tiempo indefinido, mil tardes contempló, muchos colores y formas conformo, volando, volando, dibujando sancionando así se la pasó.
Un cuento sin tiempo ni forma, sin forma ni cuerpo, de cuerpo e introducción, de esas un final, sin final pasional… solo cosas fugaces, obsesiones triviales, como hablar de ti, de nadie, de nada, de todos, de mi, del mundo; este es mi cuento, el cuento del tiempo, de la tarde, de los colores, del yo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario